Acá trabajan hasta los conejos!
Es increíble como unos simple dibujitos orientados al público infantil, que los entretiene y aumenta su ansiedad mientras esperan para ver su película, puede transmitir tantos mensajes. Si los miramos desde la perspectiva de los más chiquitos, son tan solo dibujitos moviéndose. Pero si nos ponemos a pensar y nadar un poco más profundo, nos podemos encontrar con un cuento bastante distinto. Esta es la magia que produce Pixar. Uno de los casos que podemos destacar es el del corto “Presto”, dirigida por Doug Sweetland y lanzada en mayo de 2008 junto con la película Wall-E. Presto fue nominado para el 36º premio Annie al Mejor cortometraje de animación y al Oscar al mejor cortometraje animado.
A simple vista, podemos observar a un mago, Presto, tratando de hacer su función mientras su ayudante, un conejo hambriento, se lo impide. Este animalito protesta y exige que lo alimenten a cambio de continuar con la función, como lo hace cotidianamente, a lo que el mago se niega. Finalmente, esta negación se va en contra del mago, quien termina siendo acechado por la venganza del conejito. Justo cuando está a punto de caer y estamparse contra el escenario, el conejito decide salvarlo, a pesar de su enojo, y ambos resuelven sus diferencias con una zanahoria de por medio.
Por otra parte, podemos destacar un mensaje escondido. Este puede ser, “trata a los demás como te gustaría que te traten” o “hay que valorar lo que el resto hace por nosotros y devolverles ese amor”. Estas opciones son correctas. Pero si hablamos de alegoría, tenemos que ser más específicos. Por esta razón, llegamos a la conclusión que este corto lo podemos llevar a la realidad de los trabajadores. El conejo, claramente representando al proletariado, es obligado a trabajar en condiciones no dignas o injustas, en este caso sin haber sido alimentado previamente por el hecho de que lo mantenía en una jaula. El empleador, encarnado por Presto, desmerece el trabajo de su empleado, sin darle ningún tipo de recompensa por su tiempo y dedicación. Solo cuando el empleador se da cuenta que sin el trabajador no consigue el poder que tiene, lo empieza a valorar. En definitiva, todos los empleadores son salvados por sus trabajadores.
Personalmente, esta nos pareció una percepción muy interesante del mundo del trabajo. Normalmente consideramos que el poder está sólo centrado en el burgués, que tiene el capital y los elementos necesarios para realizar la actividad, pero en este caso, Pixar nos muestra que sin el trabajador, el empleador no es nada, y que por lo tanto, ahí reside el verdadero poder, aunque no siempre se cumpla. Esto también me lleva a pensar en una frase que se utiliza regularmente en el teatro, “cada parte es esencial, tenga uno un papel secundario o sea el encargado de las luces, si falta un solo engranaje, la máquina se cae completamente”. Y esto es lo que le pasó al mago. Podrá ser un excelente performance, montar shows espectaculares, pero si no tiene el apoyo del conejito, no va a llegar a nada.
Interesante análisis. Completo, claro y reflexivo.
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