Termina la vida y empieza la supervivencia

¿Qué es la Tierra? Es el lugar donde vivimos, nuestra casa, la que nos da los recursos que nos ayudan a sobrevivir. Pero, ¿hasta qué punto la Tierra es nuestra? ¿Somos nosotros sus dueños o simplemente los que la habitan y utilizan? Esto planteo el Gran Jefe Seattle

en su carta al presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, en 1854. En esos tiempos, los piel roja se veían amenazados por los hombres blancos y sus armas, que querían arrebatarles sus tierras sin importar las consecuencias, situación que también se repitió en otros lugares del mundo, como en la Campaña del Desierto en la Patagonia Argentina. Ante esta amenaza, el Gran Jefe Seattle envió una carta al presidente, ofreciéndole sus tierras bajo la única condición de que los hombres blancos la cuidaran y la respetaran, tomándola como algo más que una simple proveeduría de recursos. Lo más increíble de esta carta es la relación que tiene con el presente, ya que el Gran Jefe Seattle, al explicar el posible futuro si los hombres blancos seguían descuidando los recursos naturales, describió el presente.

La carta tiene muchos puntos para resaltar que llaman la atención por la pureza de sus intenciones. El Gran Jefe Seattle explica que el hombre, a diferencia de los piel roja, ya no considera a la Tierra como un igual, como su hermana, sino que como un proveedor. El dice “El no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle.” porque reconoce que la Tierra es historia, ya que ahí están enterrados sus antepasados, razón por la cual debería protegerla y respetarla, cosa que no cumple. Además, el Gran Jefe Seattle marca la aparición de las ciudades como la gran ruptura de la relación entre el hombre y la naturaleza. Las ciudades están enmarcadas por el ruido abrumador y el aire contaminado por las nuevas actividades económicas. Irónicamente, el jefe de los piel roja repite “Soy un piel roja y nada entiendo.” para resaltar lo tranquila que es su vida, rodeado de aire puro y que a comparación de los piel blanca, el nunca va a lastimar a la naturaleza. Acá se marca claramente como el hombre se ha distanciado de la naturaleza, con la cual ya no se conecta, sino que la considera como un bien. Esto nos lleva a otro concepto que se ve reflejado en la carta, uno es para siempre responsable de lo que domestica (principio de Saint Exuperio). Podemos ver esta reflexión cuando el Gran Jefe Seattle menciona que “Todo va enlazado. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra.” El explica que mientras el hombre siga abuzando de los recursos que la Tierra le ofrece, a largo plazo, el perjudicado será el mismo hombre. La tierra es nuestra madre, si se lastima a la madre, se lastima también a los hijos. 
El Gran Jefe Seattle destaca un punto muy importante para la época, y se pregunta ¿Qué pasa si los animales desaparecieran? Claramente, el hombre no sobrevivirá y debería ingeniárselas para buscar una forma alternativa de seguir con la vida. De esta manera el Gran Jefe nos marca lo importante que es la Tierra para nosotros y lo equivocados que estamos al pensar que nosotros podemos dominar a la Tierra. Esto nos lleva, a su vez, a otra reflexión. Los bienes naturales son de todos y de ninguno. Nadie es dueño de la Tierra, ni los piel roja ni el hombre blanco. Según el Gran Jefe Seattle, la Tierra es nuestra madre. 
El también habla sobre la competencia, ya sea la competencia del hombre contra la naturaleza o del hombre contra los piel roja. El hombre tiene la necesidad de apropiarse de las cosas, de luchar o arrasar con todo lo que este adelante para conseguir ciertas tierras que en definitiva, no pertenecen a nadie, sino que a la mismísima Tierra. El Gran Jefe Seattle dice “Si no somos, dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿cómo podrán, ustedes comprarlos?” Por otra parte, el hombre insiste en pelear contra los piel roja y ganarles la Tierra, algo muy absurdo considerando que, debido a sus armas, la pelea no es necesaria ("Pero tendremos en cuenta su oferta, porque estamos seguros de que si no obramos así, el hombre blanco vendrá con sus pistolas y tomará nuestras tierras.") Lamentablemente, las armas le ganan al sentimiento de pertenencia y amor que los piel roja tenían por sus tierras. 
Llevando esta carta a la actualidad, nos encontramos con el mundo que el Gran Jefe Seattle describió. Hay especies extintas y algunas a punto de desaparecer, el aire esta mucho más contaminado que en 1854 y ni siquiera quiero pensar que diría el Gran Jefe si viera nuestros ríos y mares, hoy en día contaminados con desechos tóxicos. La tecnología es, en gran parte, la creadora de estos desastres. Con la aparición de la misma, el hombre logro avanzar sobre el territorio, cazar con mayor facilidad y dominar especies con mayor confianza. El fuego es uno de estos ejemplos, ya que facilito la caza de animales, ayudo a quemar vegetación para poder crear nuevos asentamientos, etc. En un plano más actual, las fábricas de la Revolución Industrial le deben varias disculpas a la atmósfera. Hoy en día, gracias a que cada vez hay mas conciencia sobre el medio ambiente, se intenta constantemente buscar una cura o una manera de remedirá el caos que ya ocasionamos. Es así como aparecen nuevas maquinas, nuevos fertilizantes, estudios que ayudan a mejorar nuestros comportamientos, etc. Pero, ¿será la tecnología capaz de resolver los problemas ambientales que ella misma género? Personalmente, creo que la tecnología nos puede ayudar a cuidar a la Tierra de ahora en adelante, pero el daño que está hecho ya no tiene remedio. Hay que aprender de nuestro errores y utilizarlos como ejemplo de lo que no se debe volver a hacer.
El Gran Jefe Seattle termina su carta reconociendo que su extinción está muy cerca, pero advirtiendo al hombre blanco que tarde o temprano, si su conducta no cambia, el también se extinguiría. No por ganar más tierras y conquistar y domesticar nuevas especies, el hombre se vuelve inmortal. El Gran Jefe Seattle remarca que “Termina la vida y empieza la supervivencia.”, porque la vida real es la convivencia del hombre y la naturaleza, no la del hombre dominándola, y ya es tarde para darnos cuenta de eso. Ahora solo nos queda arreglar los desastres que causamos y seguir viviendo con el menor impacto posible.

Comentarios

  1. Excelentes reflexiones, profundas, comprometidas! Muy acertada la elección del título de tu entrada tomado de la carta. Además es valioso que hayas referido parte de tu reflexión a lo sucedido en nuestro país durante la Campaña al "desierto". Considerar a esa región un desierto fue reconocer que no había allí hombre y mujeres, fue concebirlos como objetos.

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