Revolución plumpinstefiana

Yo tenía una reputación perfecta hasta que una loca idea de revolución se me cruzó por la cabeza y me encerraron en esta celda. Pero para entender la historia, tenemos que retroceder el tiempo.
Todo este desastre empezó un Martes 15 del 2007. Como siempre me levanté, desayuné y me dirigí a la fábrica. ¿No es absurdo? ¡Con tan solo 14 años nos obligan a trabajar! Entré a la enorme recepción y noté algo extraño, había más águilas blancas policías que de costumbre. Me acerqué para preguntarles que había pasado pero en ese momento Marc y Julio se tiraron sobre mi y me saludaron.
-"¡Hey! Esteban ¿como estás?"- preguntó Julio.
-"Bien chicos, una pregunta: ¿Por qué hay tantos policías?"- dije curiosamente.
-"Yo escuché que los "calabazas" del este quieren atacar nuestra zona"- comentó Marc.
-"¡Ojalá nos liberen!"- suspiró Julio.
Los "calabazas" son un grupo de plumpinstef que se oponen a la ley y solo quieren la libertad.
Ese día volví cansadísimo porque nos habían dado una hora extra de trabajo. Como siempre, comí con mi mamá, mis dos hermanas y mis tres hermanos. Cuando me fui a dormir no lograba cerrar los ojos porque me quedé pensando en mi papá, en dónde y cómo estaba. Lo extrañaba un montón, hacía 4 años que no sabía nada de el. A la mañana siguiente me levanté temprano y me fui a caminar por el bosque. En el medio del camino sentí un ruido extraño y me acerqué para ver que pasaba. En ese momento vi a muchos plumpinstef trabajando con piedras y a algunas águilas pegándoles con látigos. ¡Listo! ¡Esa fue la última vez que soportaba el maltrato contra nuestra especie! ¡Me harté! Hasta ese día había tenido una vida normal, con amigos y una familia bastante feliz, pero ese día me dí cuenta de lo que había afuera de mi burbuja, me di cuenta de lo que es nuestro mundo realmente.
Al llegar a la fabrica, fui directamente con los chicos.
-"¡Ay, los estuve buscando por todos lados!"- dije preocupado.
-"Bueno, ya nos encontraste..."- me respondió Julio.
-"¡Hey Esteb!, ¿vamos hoy a bailar?, escuché que las mellizas Jhonson van a hacer una fiesta en su casa"- propuso Marc, el más fiestero.
-"¡No, no! Chicos me voy a unir a los calabazas... ¿Vienen o se quedan?"- dije muy decidido, nadie me iba a parar.
-"¿Qué? ¡Estás loco!"- gritó desesperado Julio.
-"¡No, ya estoy harto de estas vidas! Quiero un mundo mejor para mis hijos"- lo interrumpí.
-"Bueno, pero supone que aceptamos, ¿Dónde los ubicamos?"- dijo Marc.
-"¡¿Quién se va a unir a la revolución?!"- dijo una voz detrás nuestro. Era el director, el águila más estricto y frío de todo el mundo.
-"¡Nosotros no le tenemos miedo!"- dije sin pensarlo.
-"Saben que está prohibido hablar de eso. En ese caso me van a obligar a que los encierre"- dijo sarcásticamente.
De repente aparecieron otras tres águilas por atrás y aunque intentamos escapar y correr, ellos fueron más fuertes y no lo logramos. Nos llevaron a una celda oscura y chica. Así volvemos al principio de la historia. Nos estábamos congelando y echándonos la culpa entre nosotros cuando un ruido extraño que venia de afuera, interrumpió nuestros pensamientos. Inesperadamente, la puerta se calló para atrás y entraron otros dos plumpinstefs y nos apuraron.
-"Rápido que no hay tiempo, en el cuartel les explicamos todo"- dijo uno de los plumpinstefs todo encapuchado.
Al llegar al cuartel, nos encontramos con una colonia entera de plumpinstefs, pero no había águilas. Uno de los guardias que nos había salvado nos acompañó hasta la oficina del jefe. Cuando entramos...
-"¡Al fin llegaron!"- se acercó a nosotros -"Ja ja ja, ay hijo mio como te extrañé, no pasé ni un solo día sin pensar en vos"- dijo emocionado.
-"¿Qué?"- dije sorprendido -"¿Sos papá?
-"No me digas Esteban que ya me olvidaste, vamos hijo dame un abrazo"- dijo mi papá.
No lo puedo creer, ¡mi papá se había transformado en jefe de las calabazas del este!
-"¡Papá! Hay que encargarnos de las águilas"- dije después de un tiempo.
-"Hijo, hijo ahora concentrémonos en que estamos juntos y nunca más nos vamos a separar"- dijo mi papá y me volvió a abrazar.

FIN